Un día antes quedé con mi novio de ir a cenar a su casa, ya saben todo muy romanticón con vino y musiquita, pero la verdad es que somos muy hogareños y es algo que hacemos seguido no lo tomé como "un plan" si no como algo para no pasar de largo ese día.
Total que el mero 14 caigo en cuenta del día que es y la verdad sí empecé a sentir cosillas cutes, así como que me salió mi lado cursi pues. Compré un mini detallito y estaba pensando que escribirle y me puse a contar los días que llevamos juntos: 262. Doscientos sesenta y dos días que se han sentido como dos semanas de lo rápido que han pasado pero han sido tan determinantes. No han sido fáciles pero sí satisfactorios, han sido un proceso de ser mejor persona. A veces da risa voltear a ver como éramos hace un tiempo. Contar los días de mi relación me sirvió como un proceso introspectivo grandes cambios en ocho meses. Cambié yo pero también cambió él.
Me ha enseñado tanto, tanto que no puedo(y la verdad no quiero) contarles porque es algo tan mío, tan nuestro. Las relaciones son complicadas y a veces las complicaciones están taaaaan overrated, la gente piensa de una que las cosas son complicadas y a lo mejor sí, pero la realidad es que esa gente es complicada y no quiere disfrutar lo que su pareja les da. Me encanta aprender día a día que con amor las cosas son más fáciles y que eso que me molesta tantísimo pudiese llegar hasta a ser lindo.
Tenía tantas heridas y tantos miedos pero de eso no queda nada porque ese Ascencio me ha enseñado a confiar, confiar en él, porque de su mano uno no se cae. Lo amo.
¡Gracias!
No hay comentarios:
Publicar un comentario