domingo, 24 de abril de 2016

A mí -como a ti- me han acosado... varias veces

Hace poco recordé que mi primer acoso sexual -o al menos del que tengo memoria- fue cuando yo tenía 12 años, estaba en sexto de primaria. Naturalmente yo no lo vi así hasta que pasaron semanas, o meses. Estaba en la escolta, el profesor que nos entrenaba samana tras semana de una u otra manera se las ingeniaba para que me sentara en sus piernas,  hablaba de que no me quedaba el suéter de la escuela, "mira qué apretado te queda" me decía mientras me lo aplastaba hacia mis ya desarrollados senos. Otras veces -mientras me tenía en sus piernas- me decía que "tenía una manchita"que había que quitar, ajá, de mis senos... de nuevo. Me sentía incómoda pero no lo suficiente para hablar con mis papás, pensé que tan vez yo estaba mal pensando y exagerando las cosas. Un día se hizo un escándalo en la escuela porque una niña dijo que ese profesor le había dado un beso en la boca, yo le conté a mi mamá lo que había pasado y en menos de una semana ese tipo ya no trabajaba ahí. Esa experiencia no me traumó, es más: ni me acordaba y seguramente si me encuentro al tipo en la calle no lo reconozco. Pero, hoy, con la distancia de los años me parece increíble que cosas así sucedan, que una niña sea acosada por un hombre que bien podría ser su padre y que está en una situación de poder en todos los sentidos.

Mi segundo acoso ya lo relaté aquí, en este blog. Después de eso han estado presentes acosos callejeros, tanto físicos como verbales. Así como también tuve que soportar al tipo que abusó sexualmente de mí mientras yo estaba borracha y que durante años me amenazó con que si decía algo él iba a decirle a todos que yo era una puta y ofrecida, que fue mi culpa. Tardé años en darme cuenta que había sido un abuso.

 El ser mujer en México es pensar qué te vas a poner para salir a la calle, todo depende el ánimo que tengas de pelear con el mundo. Sí, si yo un día que tengo flojera no me voy a poner un vestidito porque sé que me voy a tener que pelear con más de un imbécil que me está gritando que qué buenas piernas tengo, soportar a unos tipos siguiéndome en un coche "saludándome" o incluso el que me toquen.

Tengo 25 años y, afortunadamente nunca como adulta he sufrido el que me acosen en un ambiente laboral o escolar, ni siquiera el sentirme incómoda. Lo que sí he soportado son "amigos" o conocidos que no entiendan lo que es "no", que el que tengas una vida sexual activa no significa que ellos van a ser parte de ella, que el que te pongas un vestido o una blusa escotada no es para provocarlos, que no entiendan que el sexo no es una cuestión de convencimiento.

Es inaceptable que el ser mujer siga siendo una condición que nos pone en desventaja, que tengamos que sufrir cosas "dignas de nuestro género", que sigamos permitiendo que nos maltraten bajo nuestro consentimiento, que entre nosotras nos sigamos juzgando por el cómo nos vestimos o desenvolvemos nuestra vida sexual. Es inaceptable que nos enseñen a "darnos a respetar como mujeres", que nuestro estatus cambie al "señora" cuando ya tenemos un hombre a nuestro lado, que se sigan educando mujeres para ser "princesas". Hace algunos meses yo todavía no me hubiera atrevido a escribir los acosos que he sufrido por el miedo a ser juzgada o ser vista como víctima, ser señalada, ser interrogada. Si no empezamos a hablar, si no empezamos a decir que estas cosas NO son normales vamos a seguir viviendo dentro de círculos viciosos de violencia que -a veces- ni siquiera notamos.

No te calles, habla, di lo que no te gusta, denuncia, exhibe, es importante saber decir "no". Y no, hombres, no es que las feministas exageremos, es que el ser mujer es una lucha constante.

1 comentario:

  1. No creo que exista una mujer que pueda decir que no ha sufrido de algún tipo de acoso, duele leer cada parte y recordar cosas… duele saber que hay quiénes no están ya para contarlo, que quiénes pueden hacerlo no son escuchadas y su voz es apagada con frases como “no te creo”, “fue tu culpa”, “¿tienes pruebas?”… llegan a normalizar los piropos y la insinuaciones, nos hacen sentir vergüenza de ser mujeres.

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